REDUCA participa en el Foro Regional de Políticas Educativas, UNESCO, representada por nuestra organización en Argentina Educar 2050
Posicionamiento de REDUCA para el
Foro Regional de Políticas Educativas UNESCO
Políticas de equidad e inclusión educativa ante los desafíos de la Agenda Educación 2030
Buenos Aires, 11 al 13 de octubre de 2017
Sobre REDUCA
La Red Latinoamericana de Organizaciones de la Sociedad Civil por la Educación (REDUCA) está compuesta por organizaciones provenientes de catorce países latinoamericanos, que trabajan por un objetivo común: garantizar a todos los niños, niñas y jóvenes de la región el derecho a una educación pública inclusiva, equitativa y de calidad.
REDUCA es una cooperación de América Latina y El Caribe que aborda la cuestión de la educación desde una perspectiva regional para estudiar, comparar prácticas y experiencias, proponer y actuar en el contexto latinoamericano. Se puso en marcha con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en Brasilia, Brasil, el 16 de septiembre de 2011, cuando los países participantes firmaron la Declaración de Brasilia, que estableció la red y sus objetivos.
Cada una de las organizaciones participantes se suma voluntariamente a la red sin renunciar a su identidad distintiva ni a su propia agenda. Por el contrario, el trabajo de las organizaciones en sus respectivos países tiende a verse fortalecido gracias al respaldo de la red.
En REDUCA sostenemos los siguientes principios:
- La educación es un derecho humano fundamental, porque es condición para el ejercicio de otros derechos.
- El derecho a la educación se ejerce cuando se garantizan las condiciones de aprendizaje para todos.
- La responsabilidad de asegurar que el derecho se ejerza en plenitud es del Estado y debe lograrlo centralmente a través de una educación pública de calidad, promoviendo la participación de todos los sectores y actores.
- La calidad de educación es un atributo sin el cual no se cumple el ejercicio del derecho a la educación, en la provisión y en los resultados de la educación, entendiendo la calidad en un sentido integral como la garantía de trayectorias completas y exitosas con participación.
- La consideración de la educación como dimensión central para la reducción de la desigualdad y la pobreza, así como para la promoción de la equidad y la inclusión, en pos del progreso social de la Región.
REDUCA celebra la iniciativa de la Oficina para América Latina del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación de la UNESCO (IIPE-UNESCO Buenos Aires) de generar un espacio de diálogo que incluya a diversos actores, entre ello las organizaciones de la sociedad civil, a fin de contribuir desde su mirada al objetivo de alcanzar las metas previstas en la Agenda E-2030.
Mirada de REDUCA sobre el contexto de equidad e inclusión educativa en América Latina
Frente a los desafíos que se desprenden de las metas y los compromisos de la Agenda E-2030, especialmente en lo que refiere al ODS 4, el cual articula una serie de metas y compromisos para asegurar la equidad e inclusión educativa, desde REDUCA señalamos que en el período 2000-2013 la región ha avanzado en la consecución del derecho a una educación de calidad:
- La educación primaria es obligatoria en todos los países de la región.
- En los primeros años de 2010, el 97,2% de los niños latinoamericanos de 6 a 11 años de edad se encontraba escolarizado.
- En todos los países se redujeron las diferencias en la asistencia relacionadas con el origen socioeconómico de los niños y el área de residencia.
Sin embargo, el objetivo de “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida para todos” es una deuda que nos interpela como ciudadanos:
- El 16% de los niños entre 8 y 11 años se encuentra al menos dos años atrasado respecto al grado o año al que debiera asistir según su edad.
- El acceso al nivel primario no es garantía de permanencia y conclusión oportuna, y menos aún es garantía de poder continuar al siguiente nivel con los aprendizajes esperado.
Adicionalmente, en la región prevalece una gran inequidad en la distribución de ingresos al interior de los países, lo que ha permeado el sistema educativo, cuyo modelo educativo agudiza el cuadro de desigualdad. Soluciones educativas masificadas han llevado a la falta de contextualización de la enseñanza, lo que es particularmente perjudicial para la población en situación más vulnerable e impide reducir la brecha de desigualdad.
Los sistemas educativos de la región se han mostrado incapaces frente a la tarea de garantizar el derecho a aprender.. El informe de resultados TERCE muestra que la mayoría de los estudiantes de la región tienen niveles de logro más bajos, y que los peores resultados se concentran en estudiantes en condición de vulnerabilidad. La exclusión educativa tiene una dimensión profundamente perversa: es posible trazar el perfil específico de la exclusión, pues el fenómeno es marcado por la desigualdad. Además de las grandes disparidades entre los países que conforman la región, hay una enorme desigualdad al interior de los mismos. La población más vulnerable es la más afectada: la población rural, indígena y afrodescendiente, los niños con necesidades educativas especiales y, en el caso de países con conflicto armado, la población afectada por la violencia, son quienes presentan indicadores de exclusión significativamente más altos.
Esta realidad nos interpela y nos insta a reflexionar sobre las características que debería tener una escuela inclusiva, que pueda albergar y acompañar a los estudiantes para lograr que todos, independientemente de su origen y ubicación geográfica logren trayectorias escolares significativas. Actualmente en Latinoamérica, la realidad escolar de muchos niñas, niños y jóvenes se topa con escuelas expulsoras. Escuelas que no proveen oportunidades, no responden a las necesidades de los estudiantes ni las de una sociedad y economía del Siglo XXI. Habilidades necesarias como aprender a aprender, creatividad, sentido crítico, entre otras, no son promovidas dentro del espacio escolar. El abandono escolar aparece como el resultado de un proceso multicausal, en el cual los factores intrínsecos a la escuela son tan determinantes como los factores extraescolares.
La ciudadanía del siglo XXI requiere una formación en el ejercicio de la interacción, la tolerancia y la mutua comprensión, una formación para la paz; en el respeto a los derechos humanos universales, valorizando la identidad propia sin perder la perspectiva global; la educación para la sustentabilidad, con énfasis en el aporte que les corresponda como ciudadanos responsables, participativos y globales.
En REDUCA adoptamos la visión que el derecho a la educación no es sólo el derecho a ir a la escuela, sino que es el derecho a aprender con sentido. En la región, sólo uno de cada cuatro niños y niñas entre 4 y 5 años de edad frecuentan centros de educación preescolar y la asistencia se caracteriza por una gran desigualdad. Niños y niñas en el área rural y aquellos que viven en familias en situación socioeconómica más vulnerable tienen tasas de asistencia menores. Y sabemos que la asistencia no es suficiente, debe garantizarse la calidad para que la educación en la primera infancia genere mejores condiciones para que todos consigan transitar por la educación básica con trayectorias exitosas y completas.
Aportes de REDUCA para el desarrollo de Políticas de Equidad e Inclusión
En línea con el posicionamiento realizado por REDUCA para la Reunión Regional de Ministros de Educación de América Latina y el Caribe del mes de enero de 2017, afirmamos como prioritario para la consecución de los objetivos E-2030, que las políticas educativas determinen la equidad como prioridad, que tengan una visión incluyente donde todas y todos aprendan, que establezcan mecanismos de evaluación integral pertinentes y respetuosos de la diversidad cultural y lingüística, de manera que se atangible y monitoreable la equidad y pertinencia en los procesos y. la equivalencia en los resultados de aprendizaje.
Para eso, desde REDUCA consideramos fundamental el desarrollo de las siguientes líneas de políticas educativas de Estado:
+ Acceso a Información: Contar con sistemas transparentes, abiertos y revisables por la sociedad en su conjunto que oportunamente den acceso a información relevante sobre los diversos componentes de los sistemas escolares, su evolución y desempeño
+ Metas: Establecimiento de metas claras y mensurables en los distintos en los programas, que sean plausibles de ser monitoreadas, que den cuenta de cumplimiento, ejercicio de recursos y evidencia de logro.
+ Atención a la diversidad: Establecer como directriz en la formulación de las políticas públicas la reducción de la desigualdad en el desempeño escolar y siempre, con un estricto objetivo de justicia, reconocer la diversidad étnico-cultural y geográfica, y la superación de barreras con respecto de las identidades y condiciones de niñas, niños y adolescentes.
+ Aprendizajes: Replantear el logro de aprendizaje en el marco de los derechos humanos, de manera que se precisen la obligaciones de respeto, promoción, defensa, garantía y restitución, y sus procesos, en términos de una visión humanística y holística, como habilidades y competencias no segmentadas artificialmente por disciplinas, grados y diplomas, sino sujetas a despliegue demostrable y a acreditación continua, enmarcadas en el discernimiento ético y el proyecto de vida propio, y abiertas a la colaboración, la empatía y la solidaridad comunitaria. Resultando importante integrar los niveles e instancias de gobierno creando mecanismos de corresponsabilización en la garantía del derecho a la educación.
+ Profesión Docente y Liderazgo Escolar: Revalorizar y resignificar la identidad y alcance de la profesión docente y del liderazgo escolar para que los educadores profesionales se consoliden como agentes de transformación con los apoyos debidos, el reconocimiento social, el avance profesional y económico garantizado por mecanismos igualitarios, meritorios y transparentes. Que su formación inicial y su desarrollo continuo ya en servicio se concentre en sus competencias didácticas, creativas y de ajuste a la diversidad y la incertidumbre, con demostraciones periódicas y el intercambio de experiencias y recursos. Desarrollar una política de formación continua de docentes y de directivos con base en el diagnóstico de las necesidades cada escuela. .
+ Participación multisectorial: Asegurar la participación social en la educación, incluyendo en primer lugar a los estudiantes mismos, quienes deben ser tenidos en cuenta para mejorar su propio proceso educativo, con mecanismos graduales y sólidos de incorporación de las familias en las decisiones escolares, de consejos y foros de composición amplia con atribuciones de monitoreo y recomendación, y con la promoción del diálogo e interacción abierta con las organizaciones de sociedad civil. Promover la creación de instancias intersectoriales corresponsables por la inclusión educativa.
Conclusiones
El logro de los compromisos establecidos en E2030 exigen de un trabajo colaborativo de diversos sectores, formalizando alianzas que permitan construir una apropiación de los objetivos y una responsabilidad compartida en su consecución. Esto requiere mecanismos de participación tanto en el diseño, implementación y monitoreo de las políticas y compromisos asumidos. REDUCA pone a disposición toda su experiencia técnica y de campo acumulada a lo largo de los años como red y en cada una de las organizaciones miembro, tanto a nivel regional como a nivel local, a fin de construir junto con diversos actores los espacios necesarios para que todos los niños, niñas y adolescentes latinoamericanos cuenten con una educación gratuita y de calidad que produzca resultados de aprendizaje pertinentes y efectivos.
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