Juntos por la Educación Paraguay
25/09/2017Paraguay: Todos somos parte
Entrevista de Alejandro Scelfo a Marina Velazco*
AS: ¿Por qué son importantes los espacios de participación?
MV: Fomentar los espacios de participación contribuye a formar y generar ciudadanía participativa, democrática e inclusiva. Cabe destacar que la cultura de la participación de los diferentes actores y sectores del país, debe ser entendida desde el desarrollo socio histórico-cultural de la misma.
Desde mi experiencia, sostengo que para participar, nos debemos formar. Paraguay tiene más años de transitar en torno a prácticas autoritarias que a prácticas democráticas.
Lo interesante es que nuestra constitución apunta a que seamos ciudadanos demócratas y nos lleva a poner en práctica el nivel más alto de participación que es la cogestión, la coparticipación, la corresponsabilidad -niveles en los cuales se construyen reglas claras y se comparte información-.
La escuela y el colegio deben propiciar el espacio en el cual los miembros de la comunidad educativa aprenden a participar en base a principios democráticos y respetando la diversidad. Es importante que se vivencien las diferentes formas de organizarse para participar, teniendo presente la constitución nacional, las leyes vigentes y las normas de convivencia. El gran desafío es lograr que la institución educativa institucionalice prácticas democráticas, participativas e inclusivas.
AS: ¿Sirven los espacios de representación, como el “Equipo de Gestión de Instituciones Educativas (EGIE)” o los Consejos Departamentales y Distritales de Educación para que los sectores de la sociedad se involucren y puedan generar avances?
MV: Son espacios que involucran a diferentes actores en torno a un tema en común que tiene que ver con mejorar la educación del departamento, distrito, institución educativa. La educación paraguaya, desde el año 2000, viene impulsando dichos espacios, incluyendo el trabajo con padres y madres, niños y niñas y jóvenes en torno a sus organizaciones. Las instancias mencionadas ayudan a desarrollar un aprendizaje, que conduce a un nuevo modelo de gestionar la educación. Hoy, el Departamento Caazapá está aprendiendo a gestionar de forma participativa y allí va poniendo en práctica estas lecciones aprendidas, tales como:
- Saber delegar, confiar en el otro.
- No tener miedo a la “información es poder”.
- Desarrollar la capacidad de escuchar.
- Aprender a trabajar en equipo.
- Poder manejar los conflictos.
- Conducir la mirada, el interés del colectivo más allá de las diferencias de sus miembros en torno a un proyecto en común.
- Entender que la discusión es un medio para lograr la compresión.
- Los actores aprenden a negociar en el ámbito democrático.
- La participación contribuye al desarrollo del capital social y empoderamiento de la comunidad.
- Los liderazgos en la gestión, abandonan viejas prácticas: gestión centralizada vs gestión descentralizada/ desconcentrada.
- El proceso de involucramiento, como un punto clave.
- La gestión participativa no es lineal, se retroalimenta constantemente.
- La escuela sola, aislada del resto de las instituciones de la comunidad, no puede satisfacer los objetivos macro y micro educativos.
- El concretar alianzas estratégicas para contribuir a los buenos aprendizajes.
En Caazapá los actores educativos, políticos y de la sociedad civil organizada abren espacios de formación en lo que implica participar. Están aprendiendo a tener una mirada sistémica con enfoque territorial ante los desafíos educativos del departamento y hablar de política educativa departamental versus política partidaria en educación. Debemos tener presente que la participación debe ser informada para lograr el empoderamiento e institucionalización de las practicas participativas, con roles y reglas claras. Recordemos que los derechos de uno se inician con los derechos del otro y es clave vivenciar tales valores.
AS: ¿Sirven los Centros de Estudiantes como herramienta para incidir en la educación de los/las jóvenes?
MV: Toda organización que apunte al bien común, sirve para aprender a participar.
Los centros de estudiantes constituyen una forma de organización que debe desarrollar en los alumnos competencias de trabajo participativo, para lo cual se requiere una hoja de ruta clara que forme a los estudiantes. Los maestros deben ser capaces de inspirar, motivar y potenciar en los jóvenes lo que implica ser ciudadanos demócratas en una república. También existen otras formas de organización como el consejo de delegados, los clubes, asociaciones de interés, cooperativas y parlamento juvenil; es importante vivenciar la diversidad de las formas de participación y organización. El espacio educativo debe mostrar el abanico de posibilidades de organización y sistemas electivos. Todo esto contribuye a la formación cívica de niños y jóvenes.
AS: ¿Funcionan correctamente estos espacios?
Ante todo, no hay que olvidar que educar en la participación es un proceso continuo multidimensional y que generarlo requiere de una responsabilidad ética y social. La tarea pendiente es contar con políticas públicas que aborden la Participación desde una mirada inclusiva.
Los esfuerzos que el sector educativo viene realizando desde los ‘90 para generar una cultura de la participación ciudadana y donde la comunidad educativa se empodere entorno a las instancias existentes de participación, aún son débiles.
Para dinamizar procesos de participación se requiere tener claridad para su conducción y real voluntad política, pues la participación tiene una doble vía, ante lo cual no se debe generar temor.
La clave, finalmente, es fomentar formación ciudadana y cívica.
(*) Marina Velazco es consultora de Juntos por la Educación, doctora en psicología (UNA), magíster en investigación socio-educativa, licenciada en psicología, y consultora nacional e internacional en educación y participación comunitaria.
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