¿Para qué sirve un pacto por la educación en Colombia?
Desde La Fundación Empresarios por la Educación Colombia nos hemos puesto en la tarea de indagar más sobre los distintos pactos y acuerdos por la educación existentes en Colombia y América Latina. Este es el primer artículo de una serie de tres sobre los resultados de esta indagación, publicados en el diario El Espectador.
En el país se ha firmado más de un pacto para impulsar la educación pero ha sido muy difícil cumplirlos. Sin embargo, continúan siendo esenciales para mejorar la calidad y solucionar algunos de los principales inconvenientes.
Por esta época electoral volvemos a escuchar candidatos que en campaña abanderan la promoción de nuevos acuerdos nacionales por la educación. Debemos tomar posición, no sin antes conocer de qué se tratan, y valorar la experiencia que tenemos en Colombia.
Los pactos son el resultado de acuerdos que establecen las sociedades sobre el tipo de educación que desean y, al mismo tiempo, son la oportunidad para hacer que los ciudadanos participen en la construcción de sus políticas, y en el mejor de los casos, lograr que sus responsables se comprometan a cumplirlas.
Queremos compartir aquí algunas ideas:
- Llegar a acuerdos no es fácil, pero se necesita. Los pactos logran que diversos colectivos, más allá de sus diferencias, definan lo que esperan de la educación, por ejemplo, acordar lo que quieren enseñar, cómo les gustaría aprender y cómo la educación podría aportarles para vivir con dignidad.
- Los pactos promueven acciones en favor de la educación. Unas son efectivas y otras no tienen ningún impacto real. Es común encontrar pactos que se agotan en la formulación de documentos de gobierno a manera de lista de deseos o en actos públicos donde se toman fotos y se hacen compromisos que nunca se cumplen. Pero, por el contrario, hay otros que establecen leyes y políticas como resultado de procesos de movilización social en los que se definen prioridades y estrategias para alcanzarlas. En general, los pactos despiertan un interés mayor cuando crean alternativas que hacen de la educación, desde la primera infancia y para toda la vida, un derecho del que todos podemos gozar.
- ¿De qué alternativas hablamos? Apostarle a los pactos es creer en una utopía. Cómo visión de futuro los pactos crean alternativas de acción que, así parezcan inalcanzables en el mediano o corto plazo, dan la posibilidad de actuar distinto, y aunque sea ingenuo pretender que todo el mundo se ponga de acuerdo, representan ese momento en el que por consenso se establecen nuevos desafíos y lo fundamental para alcanzarlos. Este es su principal aporte: pactar alternativas de solución y promover la concertación de mecanismos para lograrlo.
- Con los pactos se busca que los ciudadanos definamos el valor y lugar que queremos asignarle a la educación. Los fines de la educación establecidos por la Ley General de Educación (Ley 115 de 1994) y los diez desafíos planteados en el nuevo Plan Decenal de Educación 2016 - 2026, son ejemplo de lo que nos une.
En Colombia hemos firmado más de uno: en Santander se estableció una Gran Alianza por la Educación entre empresarios, educadores, autoridades y líderes sociales; en Manizales, más de tres decenas de organizaciones de la sociedad civil se movilizaron por la educación en 2012; y en Barranquilla, se validó y ajustó el Plan Decenal de Educación para elevarlo a política educativa del Distrito. En Risaralda, la alianza “Sociedad en Movimiento” impulsa iniciativas como el Pacto Social por Risaralda con candidatos al Congreso, realizado el pasado mes de febrero. A comienzo de este año, se conformó en Cali una mesa interdisciplinaria para definir una estrategia de arquitectura social con la proyección de convertirse en líder de calidad educativa en el país. Y hace pocos días se aprobó en Cartagena el Plan Maestro de Educación 2018 – 2033.
Tomemos posición: aunque todavía no lleguemos a cumplirlos, los pactos en región son una plataforma real a la hora de hacer que los planes en educación desarrollen nuestros grandes acuerdos de país. Sin embargo, ¿qué sentido tiene volver a plantear nuevos pactos si los que hemos hecho no se cumplen? En la segunda parte de este especial nos centraremos en esta pregunta.
Publicación Original en EL ESPECTADOR
Autores: *Sara Rodríguez Hernández, voluntaria y Julián Moreno Parra, Asesor en la Fundación Empresarios por la Educación.
Este
es el primero de tres artículos que la fundación comparte con el país sobre sus
ideas acerca de los pactos por la educación.
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