Latinoamérica para la Primera Infancia
David Calderón
Presidente Ejecutivo de Mexicanos Primero
Secretario General de REDUCA, 2017
En un acto sin precedentes, el 16 de noviembre pasado se firmó en Bogotá el acuerdo por una Agenda Regional para el Desarrollo Integral de la Primera Infancia. Presidió la firma el Premio Nobel de la Paz y actual presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y adhirieron doce países de Latinoamérica y el Caribe.
¿Por qué afirmo que el hecho es sin precedentes? Ya hay muchos compromisos internacionales que varios países de la región han signado a favor de la infancia en general, y también con acento en los niños y niñas de cero a cinco años de edad. Ni se cumplen todos, ni se acaban de conocer en la opinión pública; la mayoría de los funcionarios no los tienen como referencia de su acción cotidiana, más atentos como están a la normativa de su departamento, guardería o estancia, y a las instrucciones de sus jefes directos; menos todavía las familias los tienen a mano como parámetro para exigir lo que es el derecho de sus hijos más pequeños. Más aún, el Acuerdo de Bogotá no es vinculante en términos jurídicos, ni hay que hacer todo el pase por los canales diplomáticos y legislativos que tienen otros instrumentos.
La fuerza de la Agenda viene, en cambio, de su origen y de su propósito, y no depende del marco normativo, sino de la suma de voluntades de la coalición que la impulsa. Hace más de dos años, un primer grupo de especialistas y activistas convocado por organizaciones de la Red Latinoamericana por la Educación (REDUCA) y por el Diálogo Interamericano se reunió en São Paulo; de ahí salieron las líneas guía que, profundizadas en otros tantos encuentros en Lima y Washington, se plasman en el acuerdo que se firmó la semana pasada.
Comenzó por una exigencia intrínseca: los que trabajamos en los temas de Desarrollo Integral de la Primera Infancia (DIPI) sabemos que la única manera sólida de servir a los más pequeños es desde la intersectorialidad y la interdisciplinaridad. Estamos cansados, los practicantes, de que un sector específico –salud, por ejemplo- apabulle con su peso burocrático y su hábito de escuchar poco, y que se pierdan de vista los aspectos cualitativos que no sean talla, peso y calificaciones de hitos neurológicos. Estamos cansados de que un área de gobierno –educación, por ejemplo- pretenda imponer a todos los servicios, sin conocerlos, programas, normativas o estándares que están inspirados en su habitual tarea en las aulas de básica, sin reconocer ni acercarse con evidencia a lo que la comunidad de expertos trabaja con referentes no escolares. Estamos cansados del enfoque paternalista y asistencialista de las primeras damas y sus desgastadas reminiscencias de Evita.
Estamos cansados de que los funcionarios no escuchen a los defensores de derechos humanos, y que su conocimiento del paradigma ético sea tan burdo. Estamos cansados de que los bancos de desarrollo presenten papers y artículos atrasados, con recomendaciones que nadie usa, y que en la realidad de cada país tengan la mordaza de los compromisos que marcan los préstamos. Estamos cansados de que las fundaciones corporativas nos receten año tras año sus informes de programas de mínima escala, costosos y pretenciosos, en foros y congresos llenos de autoelogio y relaciones públicas. Estamos cansados de que los activistas se desgañitan en la denuncia, y hagan –si llegan a ese punto- propuestas tan mediocres e ideológicas que no se pueden tomar en serio, como si la santa indignación les excusara del trabajo de estudiar y pensar con evidencia y rigor.
La colaboración intensa, no siempre fácil, nos puso en una misma mesa: los expertos en política pública de GRADE (Perú) y CINDE (Colombia), con los economistas de BID y CAF; los implementadores uruguayos y chilenos con los expertos en neurodesarrollo de Brasil y México; los fondeadores como Femsa o United Way con los activistas de Ririki o REDUCA. Así, en la Agenda Regional, lo “integral” y “transversal” no se postula como resultante, sino se expresa desde el origen.
Además de intercambiar experiencias y darnos ánimos unos a otros, la Agenda Regional que acordamos tiene un objetivo preciso: dar visibilidad y tracción al tema, fortaleciendo la sostenibilidad de las políticas públicas.
Dicho más sencillo: estamos amarrando parámetros comunes; estamos formulando un observatorio, para hacer comparativos que favorezcan el aprendizaje colaborativo; estamos creando un sistema de monitoreo que inhiba que las siguientes administraciones (hay cambio de gobierno en 2018 en nueve países de la región) puedan descuidar o revertir lo logrado en Desarrollo Infantil Temprano. Todo depende de la incipiente comunidad de practicantes –funcionarios, fondeadores, especialistas temáticos, activistas- que hemos formado, hablemos el mismo lenguaje, compartamos metas y hagamos sentir nuestro peso combinado.
Queremos decirle a México que aprenda de Colombia, donde la Primera Infancia es prioridad directa de la Presidencia, con un agencia de articulación intersectorial, queremos que Perú aprenda de Brasil, y que se monte en su experiencia para el seguimiento de educación inicial, que es tema ya asumido en las zonas populares por las familias, con aprendizajes en un contexto de “proyecto pedagógico-político”. Queremos que todos volteen a ver a Cuba, con sus experiencias sólidas y exigentes de formación para los encargados de servicios. ¿Cuáles son los contenidos fundamentales del acuerdo?
Uno: el compromiso de consolidar políticas o planes nacionales que adopten una visión de los niños y niñas como sujetos de derechos y su desarrollo integral como propósito, y que para ello se designen dependencias de alto nivel con autoridad política y técnica, encargadas de liderar la coordinación y articulación entre los sectores y con ascendencia sobre ellos y para la necesaria coordinación de los niveles de gobierno (nacional, estatal, municipal) de cada país.
Dos: impulsar una atención integral de calidad, pertinente y oportuna, dirigida a la primera infancia en los entornos donde transcurre su vida; para ello, definir esquemas de acompañamiento, asistencia técnica y verificación de las condiciones de calidad, desde el reconocimiento de las características culturales y sociales de la población.
Tres: conducir procesos participativos para la definición de metas o indicadores de desarrollo integral en la primera infancia desde un enfoque de derechos. Para ello, consideramos que todos los países de América Latina y el Caribe deberían contar con mecanismos claros de evaluación del desarrollo infantil que contemplen sus múltiples dimensiones, y que permitan conocer los cambios y características de desarrollo de los niños y las niñas. Estas mediciones deben tener cobertura nacional y permitir desagregar resultados para los principales grupos poblacionales de interés (por edades, género, condición de marginación, identidad étnica y más). En ese sentido, es importante que los países desarrollen evaluaciones nacionales, adaptando lo que ya hay disponible para poder establecer comparativos y cruces con lo que pasa con las niñas y niños de toda la región
Cuatro: aterrizar una coalición sociopolítica que impulse la prioridad del desarrollo integral en la primera Infancia, tanto a nivel de las políticas públicas como del compromiso de los ciudadanos en los cuales se encuentren formalmente y de manera periódica las autoridades de los sectores involucrados (protección, salud, educación, cultura, entre otros) con aliados de la sociedad civil, la academia, los empresarios y de las comunidades. Sin ese grupo impulsor, que articule el esfuerzo regional con la integración de los diversos, las políticas seguirán siendo de una administración, políticas de gobierno y no de Estado que pueden naufragar en la siguiente elección y alternancia partidista.
Los más pequeños nos necesitan; no traen votos, no bloquean calles, no pagan spots. Pero en ellas, en ellos, comienza la sociedad que queremos. ¿Quedará la Agenda como otra declaración de intenciones, algo que pudo ser pero no fue? Nos resistimos a verlo así. Nos vamos a apostar a que la oportunidad fructifique.
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