02/06/2016

Los aprendizajes en el centro de la experiencia escolar como un factor de permanencia.


De acuerdo a los datos de Unesco, en América Latina tenemos 22 millones de niños en situación de exclusión educativa. De ellos, 9.2 millones se encuentran en el nivel primario pero con un riesgo grave de abandonar y 6.4 millones se encuentran en el nivel secundario básico corriendo el mismo riesgo de abandono.  La problemática del abandono escolar es un fenómeno complejo y multicausal, ya que los diversos factores que originan esta problemática operan de una forma entrelazada, fenómeno que potencia su impacto.

Si bien una proporción significativa de los factores que determinan o promueven el abandono obedecen a razones de tipo socioeconómico, resulta importante analizar que pasa al interior de la escuela, ya que es allí, donde las políticas educativas pueden hacer una diferencia. Observando lo que pasa hoy en las escuelas y a través del diálogo con los estudiantes, uno puede encontrar rápidamente que los jóvenes perciben la escuela como un espacio de aburrimiento, y más grave aún, carente de sentido. Los malos resultados académicos demuestran alimentar aún más el círculo vicioso de pérdida de interés, llevando a los jóvenes a desmotivarse y desvincularse de la escuela con mayor facilidad.

En este artículo nos queremos centrar en el poder que tiene la motivación, el aprendizaje significativo y el clima escolar apropiado como factores que colaboran de forma activa y positiva en la permanencia de los niños en la escuela. La escuela, por su propia historia, se centró mucho tiempo en impartir conocimiento basado en la repetición y retención de información, sin detenerse en los procesos que garantizaban la comprensión o apropiación por parte del alumno, Hoy en día, la sociedad del conocimeinto, considera que lograr el sentido de un aprendizaje es un objetivo de enseñanza primordial.

Boekaerts (2010) identifica ocho principios que impactan positivamente en el aprendizaje de los estudiantes si son puestos en práctica en la escuela. Consideramos fundamentales los siguientes cinco principios, vinculados al tema del abandono escolar:

- Los estudiantes están más motivados cuando se sienten competentes para hacer lo que se espera de ellos.

- Los estudiantes están más motivados para participar del aprendizaje cuando perciben vínculos estables entre las acciones específicas y el fin.

- Los estudiantes están más motivados para participar en el aprendizaje cuando valoran el tema y tienen sentido claro de propósito.

- Los estudiantes están más motivados para participar en el aprendizaje cuando experimentan emociones positivas hacia las actividades de aprendizaje.

- Los estudiantes pierden interés hacia el aprendizaje cuando experimentan emociones negativas.

La implementación de metodologías de enseñanzas diversas y motivadoras es esencial para dar oportunidad a todos los alumnos a poder involucrarse con el objeto de conocimiento según sus capacidades y motivaciones. Tradicionalmente nuestro sistema de formación de docentes no formaba a los profesionales bajo este enfoque de heterogeneidad, y por esta razón, se hace difícil aplicar estrategias pedagógicas sin haberlas aprendido o llevado a la práctica durante el período de formación.

Así mismo, las prácticas evaluativas deben acompañar el proceso de aprendizaje, atender el sentido y la finalidad de los mismos. Muchas veces sucede que se evalúan situaciones que no han sido previamente trabajadas con los estudiantes o se utilizan instrumentos que no son idóneos para valorar avances. La calificación final que evalúa superficialmente el acierto o error, sin comprender sus causas o incursionar en nuevos procesos que garanticen el aprendizaje, puede contribuir a profundizar la desconexión del alumno con la escuela y al sentimiento de fracaso.

El clima de aula, definido como el vínculo que se genera entre el docente y el alumno y entre los alumnos entre sí, es determinante para el desarrollo académico y socio-emocional de los alumnos. El buen clima de aula permite el error, aceptándolo con respecto, dialoga y reflexiona entre educador y educando. Dentro de un aula con clima positivo, queda explícito que el adulto tiene altas expectativas respecto de los jóvenes, y por eso, se les puede exigir legítimamente. Los alumnos perciben claramente cuando participan de un aula con clima positivo, porque saben que se espera que ellos sean parte de la construcción colectiva de conocimiento, entendiendo que cada uno de ellos importa, y que su formación es primordial.

Una política educativa que busque generar permanencia de los niños en la escuela, necesariamente debe hacer foco en lograr que los alumnos perciban el aprendizaje como un proceso significativo y con impacto para su futuro.  Las políticas por lo tanto, deben  orientarse en  formar y acompañar a los docentes para que puedan elaborar las estrategias de aula efectivas, atendiendo la heterogeneidad, implementen la evaluación formativa, y reflexionen para implementar didácticas motivadoras y atrapantes. Las prácticas docentes deben incorporar mecanismos de acopañamiento personal a los procesos de aprendizaje de los alumnos, ya que ellos son los protagonistas, y la razón misma del sistema educativo.

Para lograr la permanencia de los niños debemos repensar la escuela. Los docentes deben repensar el aula donde no solo se reconozcan las individualidades de los alumnos como forma de respetar su diversidad, sino valorándolos como un valor agregado, un enriquecimiento en el aprendizaje grupal debido a las diversas miradas y perspectivas. Cada parte hace al todo, cada parte es fundamental. Consideramos que los niños que se sienten reconocidos y respetados en su individualidad, motivados por los docentes y cuyos aprendizajes les resultan estimulantes, difícilmente consideren a la escuela como un espacio vacío de sentido que los invita a alejarse, sino que por el contrario, verán a la escuela como un lugar que los desafía a ser mejores y crecer como seres humanos de manera integral.

Ana Rienzi, Coordinadora Temática REDUCA, Educar 2050

Agustina Blanco, Directora Ejecutiva, Educar 2050