Alianzas Multisectoriales en Educación: la oportunidad de impacto sistémico y estructural
El pasado 18 y 19 de Junio en Buenos Aires, Argentina, nos reunimos más de 20 organizaciones y funcionarios de 5 países de América del Sur –Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay- cuyo objetivo común es el derecho a la educación, entendido como el derecho a aprender. Estas organizaciones reunidas por primera vez en un encuentro sobre esta temática se caracterizan por incidir en políticas públicas educativas exigiendo en algunos casos y acompañando al estado en su tarea.
El estado es el responsable primario de garantizar el derecho a la educación pero desde REDUCA creemos que todos los actores de la sociedad, desde la sociedad civil hasta el sector privado, debemos comprometernos y trabajar para que este derecho se traduzca en que cada niña, niño y joven esté aprenda y participe en la escuela de manera sostenida en el tiempo más allá de los cambios de gobernantes y tiempos políticos.
En la región, la participación del Sector Privado y la Sociedad Civil ha tomado cada vez mayor relevancia en distintos tipos de Alianzas mediante las cuales trabajan junto al Sector Público, tendiendo puentes que redundan en significativas oportunidades de mejora en el sistema educativo. En este sentido el encuentro organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Red Latinoamericana de Organizaciones de la Sociedad Civil por la Educación (REDUCA) y Educar 2050 tuvo como objetivo conocer más sobre este trabajo conjunto, que ya lleva un tiempo de desarrollo en Latinoamérica, e identificar cuáles son sus aprendizajes y desafíos. La invitación central de estos días fue reflexionar sobre las alianzas para comprender mejor este fenómeno y poder fundamentar desde la experiencia colectiva nuestra creencia de que trabajar juntos es mejor y que juntos somos más potentes.
Las dos jornadas invitaron a la reflexión y el intercambio. El primer día contamos con presentaciones de especialistas y funcionarios para sentar el marco teórico y enfatizar la importancia de las alianzas multisectoriales en educación y las distintas formas que pueden tener. El evento partió de la premisa de que a través de estas Alianzas Multisectoriales en Educación (AME) es posible generar un impacto sistémico y estructural, que vaya más allá de los resultados de una intervención individual y que esto implica un cambio a gran escala que necesariamente debe ser “sostenible en el pensamiento y la conducta de los individuos, los responsables políticos, organizaciones y empresas”. Uno de los especialistas disertantes, Javier Gonzalez de SUMMA, se refirió a los desafíos y áreas en los que se puede desempeñar la sociedad civil para la mejora de la educación, a la vez que ahondó en la colaboración que puede realizar el sector privado con el mismo objetivo. También se presentaron algunas experiencias de alianzas y las lógicas de trabajo detrás de cada una de ellas: Todos pela Educacao en Advocacy, Comunidades de Aprendizaje en la implementación, Itau Social en Responsabilidad Social Empresaria y la Administración Nacional de Educación Publica ( ANEP) de Urugay en Alianza Publico Privada.
Durante el segundo día la voz estuvo en manos de todas las organizaciones asistentes que reunidas en mesas de trabajo dialogaron sobre los desafíos comunes a todos los tipos de alianzas en educación: la gobernanza, la articulación y el financiamiento. Del análisis efectuado por los participantes a lo largo de la jornada, se concluyó que las alianzas multisectoriales deben tener objetivos claros con una visión compartida conjunta, estructuras de gobierno para el diálogo y la participación, planificación y evaluación, liderazgo, empatía y generosidad de los participantes y sistematización.
Nuestra región se caracteriza por una profunda desigualdad estructural y por una inestabilidad política, por eso los planes de largo plazo y las políticas verdaderamente de estado son fundamentales. El trabajo en alianza nos proporciona la oportunidad de que a través del trabajo con diversos sectores se logren cambios profundos y estructurales que se sostengan en el tiempo y permitan su monitoreo desde la sociedad civil. Desde REDUCA creemos firmemente en ello y constituimos un primer ejemplo de que el trabajo articulado es lo nos permite lograr aquello que solo no podríamos y tener un mayor impacto.
Durante el 2019 tendremos oportunidad de volver a reunirnos en México y en algún país del Caribe miembro de REDUCA en donde congregarán más de diez países más de la región y donde continuaremos profundizando este camino de diálogo y aprendizaje siempre con la consigna de que las fronteras son imaginarias pero trabajar por l@s niñ@s es asunto y necesita ser una prioridad de toda la sociedad.
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